V
Ah la realidad
no se puede
permenecer en ella ni intentarir más lejos
EL SUSURRO DEL POLVO
Me sobreviviréissin excepción, objetos:lámparas, llaves, vasos,cuartillas, ceniceros,líneas rectas y curvasque ajenas dibujáismi camino y mi cuerpo.Y sobreviviréistambién a la memoriade todos los que un díapoblaron con vosotrossu lengua y sus vitrinas,su muda arqueología.Lo que venga despuésno habita en las palabrasy puesto que la tierrareclama cuanto es suyo-forma, no sentido-es inútil trataroscomo a un testamento.El bien y el malno pasarán de aquí,ni el frío, ni el infierno.Sujeto por la perchade una interrogaciónvivir es predicado.Y por eso os arrastromás acá del silencio,mientras cuelgo mi ropausada ya, sin dueño,en un armario, al fondo,donde solo se escucha,como nieve que cae,lenta, sin viento,el susurro del polvo.
[..]
Así, la telaraña dice adiós a la época de los grandes caracteres,
mecida por el aire, la presa, el cazador...
[..]
Retorcido, aunque no tanto como acusar a los árboles de ma-
nierismo. O al viento, que todo lo enarbola, de adelantarse a las
manos, y susurrar entre dos cuerpos, como un desaliñado ma-
yordomo: reportaos.
nierismo. O al viento, que todo lo enarbola, de adelantarse a las
manos, y susurrar entre dos cuerpos, como un desaliñado ma-
yordomo: reportaos.
Abraham GrageraAdios a la época de los grandes caracteresPre-Textos, 2005
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