7 de febrero de 2010

El fin de semana perdido: José Luis Piquero


TALIDOMIDA

A mi extraña manera, soy una forma exacta:
resulto inconfundible.
La versión mejorada del común de los hombres,
cansados de agitar sus manos en el aire
como necios seudópodos: la horrible
herida de sus ojos simétricos.
Su integridad de miembros es obscena.

No soy un monstruo: yo no tengo de eso.
Me aplaudiría si supiese cómo.

Singular, sin amigos,
no doy conversación, discuto pocas veces.
Del mundo tengo cuanto pudiera desear: una ventana.
Así es más comprensible: cada día
sucede a otro y punto.

¿Me deben algo? Puede.
Incluso para mí debe haber un motivo
que me explique. Mejor no hacer preguntas. Lo peor
es que me sobra tiempo para pensar, pensar.
Tras mi cáscara insólita crecen flores muy raras.

Los espejos me quieren.
Yo floto en su luz blanca como en un lecho amniótico.
Sólo quiero morir.

Mi vida es como un fin de semana perdido.

...

WAKEFIELD

¿Estás ahí? La casa te ha expulsado
de nosotros, igual que un estornudo.
Si cruzara la puerta ¿dónde te encontraría?
A lo mejor estás en el jardín,
sonando como el agua. Si cerrara los ojos
¿sabré escuchar lo que no ven los ojos?
El roce del vestido, el corazón latiendo,
la intemperie.

Estás pero no estás.
Eres la parte más densa del aire cuando se hace de noche
y muevo en ti los brazos para no dar contigo,
cáscara de la casa.
Las ventanas
no conocen tu busto, y llueve, llueve.

La soledad es eso:
el hilo de la araña que va estrechando el mundo.
La puerta está cerrada como un féretro
y la luz encendida.
 
NOVA

De pronto ha anochecido sobre el mundo y tú estarás sola,
      preguntándote a dónde se han ido todos.


Parece que ha pasado un instante, o tal vez medio año. La casa
      estaba llena de gente que charlaba y en medio estabas tú,
      cegadora e intensa: una nova.


Ahora te recuerdo como si dieras vueltas y más vueltas, faro de
      cualquier barco. Ocupabas el centro mismo del universo.


O quizá no. Es tan sólo la música y ese estar tú y yo juntos del
      modo que sabemos. Te dije que el amor sería para siempre.  
      Te mentí.


Pero entonces llenabas todas las copas, lo mismo que llenabas el
      mundo con tu risa. Me rozabas el hombro levemente al
      pasar: no podría ignorarte aunque quisiera.


¿Dónde están todos esos invitados? Si coges el teléfono ¿cuántos
      contestarían?


Tu soledad es un gran agujero negro. El mundo gira y tú no estás
      en él. Piensa en todos los días que han sido sobre el mundo y
      en sus noches de espanto.


Y ojalá hubieras sido capaz de detener el transcurso del tiempo,
      retenernos a todos en un sueño de eones, mientras seguías tú
      llenando copas, sonriendo y brillando de luz blanca. Pero esta
      noche a solas ya estaba escrita. Pequeña nova. Niña. Faro de
      nadie.


Que el dolor nos redima a todos juntos, en esta soledad que
      ninguno podemos compartir. Y que no sufras. Que tengas
      buenos sueños.


Acuéstate y olvida.
Yo también

JOSÉ LUIS PIQUERO
"El fin de semana perdido"
DVD, 2009


4 comentarios:

  1. Gracias a ti por tu poesía. Se comenta que algún ArañadoSigno ha hecho algo a partir de un poema tuyo.

    ResponderEliminar
  2. Sí, claro. Cuando sea Versátil.es veréis lo que hay.

    ResponderEliminar

¿cómo lo ves?