11 de enero de 2010

Unos poemas de ROGER WOLFE



LA ÚLTIMA NOCHE DE LA TIERRA


El mirlo de todos los años ha vuelto a visitar mi casa
y todavía sigo aquí.
Su música no cambia y eso ya lo he escrito.
Pero mi trabajo es constatar lo obvio
y eso es lo que el mirlo me viene a recordar.
El tiempo pasa, la gente se hace vieja, se muere,
por su propia mano o con ayuda.
Las palabras van bajando por el desagüe
de lo que alguien ha llamado la intrahistoria.
Todo fluye y se pierde, los ríos en el mar,
el mar en la inmensidad inabarcable del cosmos,
el cosmos en la nada de la que no debió salir.
Mientras tanto tecleamos.
Un sordo tamborileo contra siglos de muerte programada
y un futuro de certera incertidumbre.
Un batallón de patéticos amanuenses del olvido
exigiendo dos camisas para el camino hacia el patíbulo.
Pero no es el frío el problema, sino el miedo.
Y es el mirlo, en su ignorancia, el que sabe la verdad.
Cumple sin la más mínima estridencia
el ritual que le ha impuesto la biología.
Luego morirá. Sin epitafios, como éste,
ue se deshagan con una mueca indiferente
entre las llamas de la última noche de la Tierra,
cuando nadie entienda ya ningún significado,
si es que algo tuvo sentido alguna vez.


Arde Babilonia, 1994


GLOSA A CELAYA


La poesía
es un arma
cargada de futuro.


Y el futuro
es del Banco
de Santander.

Cinco años de cama, 1998


EL ARTE EN LA ERA DEL CONSUMO

La edad de la ansiedad:
el tiempo de los nervios rotos.
Caminamos hacia el fin
como comediantes por una cuerda floja
que se deshilacha por momentos.
Debajo de nosotros,
el patio interior
de un centro comercial.
Contemple el espectáculo
mientras compra.
  
El arte en la era del consumo, 2001

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