5 de marzo de 2012

Javier García Rodríguez. Múltiplemente ATRAVERSADO



1-  Leí a Lacan. Leí Leer a Lacan. Leí Leer Leer a Lacan
[INTERMEDIO]

Has venido hasta aquí porque después de muchos años has tomado la determinación de dedicarte a escribir: prosa de ficción  y crítica (durante mucho tiempo te ha interesado también la teoría, pero ya comienza a aburrirte tanta jerga alambicada e inútil[1]). Aunque, en realidad, al principio te fascina la poesía. Hasta los veinte años quieres ser poeta. Y se te pueden aplicar las palabras que, a mediados del siglo diecinueve, el erudito Antonio Ferrer del Río le dedica a otro Antonio, a García Gutiérrez (es decir, piensas, un erudito decimonónico del que nadie se acuerda que habla de un escritor del que solo tienen noticias unos pocos estudiosos –entre ellos tú- de los cuales no quedará ninguna noticia):


[1] Lo mismo parece ocurrirle a la protagonista de uno de los relatos de Lorrie Moore: “Hice un curso para dar clases en la universidad –susurró, y cambió de codo para apoyar la barbilla en la otra mano-. Lo intenté. Leí a Derrida. Leí a Lacan. Leí Leer a Lacan. Leí Leer Leer a Lacan. Y entonces fue cuando solicité entrar en Biblioteconomía” (Pájaros de América, cit., p. 66) .

Javier García Rodriguez 
De El día que conocía a David Foster Wallace (Respuesta al acertijo POP9)



2- Un arañado signo




En su libro Líneas de alta tensión (Literatura crónica que viene a cuento) (Septem Ediciones, 2009), Javi recopila los artículos que fue escribiendo durante 2007 en La Nueva España, sobre literatura de Asturias. Aquí resumido el artículo que ahora abre este libro:

ALGUIEN ESTÁ ESCRIBIENDO UN POEMA POR TODA LA CIUDAD
(SOSTIENE MAIAKOVSKI)

Dice que imaginemos que al despertar una mañana en una ciudad, pongamos que Oviedo, por ejemplo, nos encontramos versos anónimos pintados por todas partes, "atraversando los muros". Dos investigadores van analizando el fenómeno, con la sospecha de que todas las pintadas forman un poema escrito por toda la ciudad.


Lo que Javi nos está contando es el relato de Vicente Luis Mora "El texto urbanizado" (Subterráneos, DVD, 2006)
.
.. la ciudad.. manuscrita, caligrafiada..

Pero la realidad y la ficción se entrampan, y en el texto de Javi comienzan a aparecer versos, poemas pintados anónimamente o no, encontrados en los muros y paredes de distintas ciudades:


"Pero qué sucede cuando la realidad imita a la ficción, cuando las fachadas hablan, cuando la ciudad es un papel en blanco en el que se escriben versos, alegatos, revanchas, poemas."
...

"Qué sucede cuando la ciudad no está escrita, sino que es ella misma la que escribe sus versos, como si se tratara de una especie de autor común: todos y nadie."
y qué son estos rasguños sobre las paredes

"...Un panfleto contra la muerte, agarrar el instante que se escapa sin remedio, proteger lo existente, renegar de los valores, todo cabe en la ciudad escrita..."
Y para qué esta necesidad de inscribirnos en los muros

"..Lo que queda son huellas en los pliegues del ser. La dificultad del ser.."

...

"Porque, tal vez, imagino, en la ciudad nerviosa que escribimos y que nos escribe, todos nosotros ya solo somos eco de un arañado signo. Poesía contra todos los muertos, de eso se trataba."


Los textos entrecomillados son de Javier García Rodríguez.
El fragmento azul es de Vicente Luis Mora, citado en el artículo de Javier.




TEORÍA TRAMÁTICA DE ARACNE


El signo dice apenas lo que la mano calla.

El lenguaje se aboca. Sea boca el lenguaje.

La escritura ya fluye en un pincel de letras
ajena a la distancia que media entre las artes
-según dicen algunos-.

Emerge entre los trazos la certeza del nunca.

La verdad vive oculta, la materia la muestra
negándose a ser una, jugando a ser su doble.

El verbo es una trama que la araña desteje.

Ya solo somos eco de un arañado signo.

Javier García Rodríguez
en Luz ilesa. Poesía en Valdediós, 2008


 3. Pequeños lujos de la vida diaria





Ilustración de Enrique Cabezón KB

DESTINO TURÍSTICO

El lugar donde llevan las yonquis
a sus clientes a consumar
-a consumir(se)-
su encuentro:
Camino del Cementerio.
Así ellas,
protagonistas de una metáfora cruel:
muertas y enterradas vivas,
recorriendo ya en vida siempre el mismo camino.



PEQUEÑOS LUJOS DE LA VIDA DIARIA (II)


Chicas que tratan de sonreír al paso de los coches,
que ensayan una pose de provocación,
que caminan artificialmente erguidas y torpemente
desafiantes. Fueron hasta hace poco muchachas
de instituto de barrio, hijas de madres que limpian
     escaleras
y soportan a maridos violentos, 
novietas de malos estudiantes con suspensos
o de macarritas suburbiales
que les robaron los primeros besos
y las primeras ilusiones
en los baños grafiteados de una discoteca de tercera
mientras les enseñaban a liar un canuto
y les daban una mano de grasa bastamente en las
    tetas. 
O quizás niñas bien de colegio de monjas,
curso de inglés en Irlanda
y clases de equitación en el club de campo de papá.
De fiesta en fiesta,
la puesta de largo en el Club Náutico o en el Hípico,
la primera raya de coca una tarde de verano en el yate,
terrazas de la Castellana,
combinados en las discotecas de moda,
magreos asépticos en todoterrenos deslumbrantes
de babosos con gomina.

Lo ocurrido desde entonces
es un agujero negro en su memoria
-como su memoria-,
un tiempo vivido en las sucias profundidades
del alma.



PEQUEÑOS LUJOS DE LA VIDA DIARIA (I)

Al volver en coche a casa por la Avenida de la Libertad, me cruzo con una de las yonquis que se prostituyen para conseguir su dosis. Camina cojeando, apenas puede avanzar, lleva ropa muy vieja y algo sucia, va maquillada en exceso y cobra cinco euros por una mamada y diez por un polvo. Dejan siempre algo de propina donde Benito, Auto Nerva, cuando entran a asearse en su taller, y allí le cuentan -como a una madame maternal y con mono azul cobalto tiznado de aceite- precios y pesares, nunca panes y peces, ya no quedan milagros. Enfrente, su chulo se levanta fanfarrón las mangas del chándal fucsia de mercadillo. Lo he visto otras veces. Tiene la cara llena de heridas abiertas y de costras secas, lleva barba de varios días y espera impaciente a que ella termine sus trabajitos para quedarse con el dinero y subir hasta el Barrio de la Esperanza (qué ironía) a pillar su dosis. Lo conseguido con el polvo siguiente será para ella. Polvo que se cambia por polvo.

JAVIER GARCÍA RODRÍGUEZ
Qué ves en la noche
con ilustración de Enrique Cabezón Kb


4- Lugares de paso

ESTACIONES
 
Son lugares de paso y mal iluminados.
Nos movemos por ellas con la prisa del casi,
la repidez del nunca, la alacridad del menos.
A veces deambulamos y no nos damos cuenta
de que los pocos pasos que entretienen la espera
parecen devolvernos al punto de partida:
una puerta que se abre y se cierra ante los ojos,
viajeros con maletas, horarios con rutinas,
un viejo sucio y triste que lee un libro usado,
bancos donde se sientan los que esperan su turno
o ven pasar el tiempo los que han llegado tarde.
De transitar por ellas nadie regresa intacto.
Al final, malheridos, el hogar nos acoge
mascullando entre dientes: verano, primavera,
otoño, invierno. Ya lo dije, las estaciones
son lugares de paso y mal iluminados.

Javier García Rodríguez 
Estaciones  
KRK ediciones, 2007


5. Poesía, literatura (más), docentia 



 EXAMEN DE CONCIENCIA

No has perdido la tarde si al final
uno de ellos, una muchacha rubia
de cara angelical y corrector
de dientes a quien la blusa -y su madre-
le oprimen los instintos,
alza su voz entre el murmullo
y digna, muy digna, como si todo
fuese así de sencillo,
te dice dulcemente:
Si no he entendido mal, señor García,
la situación es esta: el poema
no nos salva pero nos entretiene.
De Estaciones

 Yo solo bajo al depósito de la biblioteca de la facultad a consultar revistas serias, revistas de impacto, con consejo asesor internacional, de las que dan puntos en la evaluación de los tramos de investigación, los que sirven para promocionarse y hacer carrera, asuntos sobre los que se puede conversar en los congresos y en los encuentros anuales de la Asociación Internacional de Filología e Historia Literaria y de la Sociedad Internacional para el Estudio del Medioevo (dirigida por el insigne profesor alemán Hans Robert Basner).


palabras del casposísimo profesor universitario de literatura (paranoico, para más señas), que se supone que escribe el  

Mutatis Mutandis. Hacia una hermeneútica trasnficcional de las narrativas mutantes: de Propp al afterpop (o "nocilla, qué meriendilla"),  de Javier García Rodríguez, publicado en Eclipsados en 2009.


6 y último- ¿Pero quién es este tipo?


Javier García Rodríguez (Valladolid, 1965), es escritor, crítico literarario, profesor de Teoría de la Literatura y hermeneuta. Su última obra, que yo sepa, es Barra americana (DVD, 2011).

Ha trabajado en la Universidad de Valladolid, donde ha coordinado, lanzado, movido, removido y se ha desvivido por el Festival de la Palabra, versátil.es, desde su inicio en 2006 hasta la edición de 2011.

Ha movido, acicateado y flagelado a los miembros de El Colmo Colectivo, estudiantes universitarios que se dedican a la literatura y a montar y coordinar y currarse el Festival de la Palabra, ahora llamado poeXXI@, tras la marcha de Javi a la Universidad de Oviedo. Y también les ha azacaneado para que siguieran escribiendo y corrigiendo sus propios escritos, les fascinara la literatura y su práctica y publicasen sus propias obras y fanzines.

Así que este año nos vendrá al Festival a hablar de sus libros (Yeaahh!!).

Por otra parte, esta atraversada persona, dió nombre a nuestro grupo de hacedores de obras plásticas, Arañados signos, que, como sabéis, trabajamos en paralelo al Festival de la palabra, poeXXI@, y también por nuestra cuenta.


Espero que le demos una bienvenida como se merece -ovación y pancartas-


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