23 de febrero de 2011

Julio Rodríguez (Naranjas cada vez que te levantas)

EL AMOR CON EL TIEMPO
Con el tiempo uno aprende que el amor
son las sábanas limpias de una cama
cuyo colchón chirría, excéntrico,
tenaz, desencajado.

                                  Con el tiempo
uno se acuesta en el amor con la certeza
de que el amor es frágil y termina
rasgando torpemente sus costuras
si cae en malas manos.


PROXIMIDAD A LA CATÁSTROFE


Uno escucha caer
la lluvia, uno presiente,
trago a trago,
el húmedo desfile de los días.
Uno asume la lluvia, y se desdice,
y exagera, y cuenta que llueve,
y por eso uno huye, uno cede, uno tensa,
sin esperar respuesta,
la cuerda de su soledad.

Por si esto fuera poco, uno amanece
lluvia, uno se acuesta
lluvia,
uno cuenta que llueve.

Uno escucha caer
la lluvia, uno lo siente,
trago a trago lo siente,
golpe a golpe,
y por eso uno tiende a evaporarse.



PALABRA QUE BRUSCAMENTE

La palabra que brusca-
mente remonta el recorrido amargo
de mi garganta, que
desemboca en la boca y cruza
el espacio vacío, el universo
que nos separa hasta alcanzar el filo
de tu frente asustada.
 
desconoce que está condenada a la niebla
de tu silencio porque, de saberlo,
se haría transparente o bien decidiría
cambiar en pleno vuelo de sentido.
 
JULIO RODRÍGUEZ
Naranjas cada vez que te levantas
Visor, 2008

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